Quiero comentar aquí dos artículos interesantes de Selecciones del Reader`s Digest.
Por ejemplo, cito aquí una porción de la narración titulada “EL GAMBITO VON GOOM” por Victor Contoski, quien comentando el juego del ajedrez y de quienes lo juegan, dice:
“El ajedrez es un juego de lógica. Treinta y dos piezas se mueven sobre un tablero coloreado de blanco y negro. Al moverse las piezas forman dibujos. Y algunos de tales dibujos resultan placenteros a la mente lógica del hombre, y otros no. Muestran lo que un hombre es capaz de hacer y lo que está fuera de su alcance. Basta ver cualquier posición de las piezas sobre el tablero:
***Usualmente, una posición refleja la LÓGICA o la falta de lógica de los planes de los jugadores, también su ESTRATEGIA al jugar para ganar o para lograr un empate, y además sus PERSONALIDADES.
-Si uno ve un dibujo con el Gambito de Rey Aceptado, sabe que los jugadores son TÁCTICOS, que la batalla será breve, pero feroz.
-Un dibujo con el Gambito de Reina Rehusado, sin embargo, dice que los jugadores son ESTRATEGAS y que juegan con diminutas ventajas, con la debilitación de un cuadro o la colocación de una torre en una columna semiabierta.
De tales dibujos, gratos o ingratos, es posible saber mucho, no sólo sobre la partida y los jugadores, sino también respecto al hombre en general, y tal vez incluso sobre el orden del universo”. [Fin de la cita]
------- En Selecciones del Reader`s Digest – Junio 2003, página 110, hay un artículo titulado:
“CAZADORA DE CRIMINALES”
Es el fascinante relato de una de las pocas mujeres (Candice Delong) que tiempo atrás logró formar parte del FBI (Estados Unidos).
Cuenta que al inicio de su carrera en esa institución, cerca de su área de residencia empezaron a surgir noticias de un violador en serie que estaba afectando al pueblo (La Grange , Illinois, en Chicago).
Al saberlo ella informó de esto a un colega, Gene Stapleton, coordinador de PERFILES DE PERSONALIDAD del FBI.
Al saberlo ella informó de esto a un colega, Gene Stapleton, coordinador de PERFILES DE PERSONALIDAD del FBI.
Cuando se da un crimen, las preguntas que surgen son: ¿Quién lo cometió?, ¿Quién es el culpable? y ¿Cuál es el motivo?
Los realizadores de perfiles analizan el “qué, cuándo, dónde, y cómo” del delito y estudian concienzudamente hasta los más mínimos detalles para ver si les revelan una conducta habitual o les ofrecen claves útiles sobre la personalidad del agresor.
Antes, a muchos policías que investigaban delitos sexuales les resultaba incómodo o embarazoso interrogar a las víctimas sobre los detalles. Había informes policiales muy extensos en cuanto al lugar, las circunstancias y demás, hasta que llegaban al punto de la agresión sexual, que se resumía en una sola línea: “y entonces la violó”. Sepultada en esa línea estaba precisamente la información más importante para los investigadores: el lenguaje verbal, físico y sexual del agresor.
Un perfil completo debe pronosticar la conducta probable del delincuente: a qué tipo de persona escoge para atacar, dónde puede presentarse (en el entierro de una víctima, por ejemplo) o si aumentará la saña de sus agresiones.
También puede indicar el tipo de llamados públicos susceptibles de hacerlo salir a la luz (por ejemplo, instarlo a comunicarse con la policía o con la prensa) o las preguntas que pueden sacarle una confesión durante el interrogatorio, etc.
El pionero de los perfiles, Roy Hazelwood, clasificó a los violadores en 6 categorías según sus motivos: la necesidad de poder, la compulsión de llevar a la práctica su odio hacia la mujer, etc. Pocas violaciones nacen de un deseo sexual verdadero.
En el caso del “violador de Burlington”, como se le llamó al hombre que merodeaba el pueblo donde vivía la detective Delong, parecían extrañas sus acciones pues pretendía ser altruista: por ejemplo, él ponía un impermeable debajo de la víctima para que estuviera más cómoda, le expresaba el deseo de que disfrutara de su manoseo, etc. Esas acciones lo colocaban en la categoría de los que buscan poder y seguridad.
Según Hazelwood, los violadores de esta clase sienten la necesidad de reafirmar su masculinidad imponíendose por la fuerza sobre una mujer, y necesitan demostrarse que son hombres sexualmente aptos y deseables. Desgraciadamente, al aumentar su experiencia y su confianza, se empecinan cada vez más en perpretar la violación sin importar cómo reacciona la vícitima. Por extraño que parezca, los violadores que buscan poder y seguridad tienden a veces decir a sus vícitimas su nombre de pila.
El relato de Candice Delong describe cómo le dieron seguimiento a éste caso en particular y dieron buen uso a los testimonios de las víctimas, y en base a la técnica de elaboración de perfiles, establecieron el siguiente perfil:
*Delong preparó una descripción del violador junto con nada más y nada menos que el maestro de los perfiles, Roy Hazelwood. Luego de revisar toda la información, concluyeron que el fugitivo era un hombre solitario de entre 25 a 29 años, con pocos amigos, que nunca había tenido relaciones sexuales normales. Su escolaridad debía de ser a lo sumo de preparatoria, había servido en el ejército, y si acaso trabajaba, sería en un empleo que exigiera poca o ninguna preparación, y escaso contacto con el público. Tendría antecedentes penales de algún tipo y tal vez fuese un voyeur. Lo más probable es que viviera cerca de la estación de trenes del pueblo donde había ocurrido varias de las violaciones, ya fuese un apartamento alquilado o en casa de su madre, debido a su corto ingreso. Del análisis se desprendía incluso que debía de tener un auto destartalado, y vestir una camiseta sucia y pantalones vaqueros raídos.
Éste perfil resultó de mucho interés a varios detectives compañeros de Delong, pero para otros en aquel tiempo lo consideraron ridículo, no le prestaron atención por considerar a quienes elaboraron el perfil como pretendiendo ser “adivinos”. Sólo el tiempo diría quien tenía la razón.
Al final, gracias al “perfil” y las pistas, se concretó la captura del culpable y resultó que el tipo se ajustaba al perfil que ellos previamente habían hecho, incluso en detalles increíblemente pequeños, Delong cuenta:
Era soltero, blanco, de 21 años, había terminado la preparatoria y se había enrolado en el ejército. Este hombre tenía un empleo como cocinero en Marc`s Big Boy, el cual era poco calificado y exigía escaso contacto público. Antes de que lo contrataran vivía con su madre, y hacía poco que se había mudado a un departamento alquilado, a tres kilómetros de la estación de trenes. Averiguamos incluso que acababa de vender un auto destartalado: un Datsun de 11 años. Con ese perfil, Roy Hazelwood convirtió a algunos escépticos en creyentes. Cuando se le arrestó, incluso iba vestido tal como habíamos previsto: con una camiseta y unos viejos pantalones vaqueros.
------ DETECTIVE DE PALABRAS
Tiempo después del ataque a las torres Gemelas en Nueva York, se dio un hecho alarmante: cartas contaminadas con ántrax fueron enviadas a los senadores Tom Daschle y Patrick Leahy y a un presentador de noticias, entre otros. Las cartas no tenían nada especial: letras de molde sencillas, cuidadosamente trazadas. Para un ojo inexperto, la caligrafía revelaba muy poco del remitente. Pero para un detective literario, la correspondencia arrojaba muchas pistas posibles y una conclusión asombrosa: el que hizo las cartas intentaba dar la impresión de que era parte del grupo terrorista Al Qaeda, pero en realidad las pruebas forenses y lingüísticas que aportaban las sencillas cartas apuntaban a un estadounidense que no era de Al Qaeda. Y resultó ser así, pues la atención se dirigió a un estadounidense que aprovechando la crisis de las Torrres Gemelas, estaba muy interesado en que el gobierno asignara más dinero al departamento de investigación de ántrax para el cual él mismo trabajaba, con su obvio beneficio económico personal.
¿Quién descubrió esto? Sorprendentemente no fue algún detective del FBI asignado al caso, sino un profesor de literatura inglesa de la Universidad de Vassar, llamado Don Foster, experto en lo que él llama “LITERATURA FORENSE”. (Tomé esta información de Selecciones del Reader`s Digest de Junio del 2002, en español, página 109).
Don Foster se interesó en la metodología para averiguar la autoría de textos cuando era estudiante de posgrado en la Universidad de California de Santa Bárbara, a principios de los años 80. Cuando descubrió una elegía (poema) de 1612 cuyo autor misterioso era conocido simplemente como W.S., convirtió el caso en un tema de tesis perfecto.
Foster revisó microfimes de libros antiguos, y manuscritos renacentistas mientras investigaba el poema.
Foster había aprendido que el ESTILO de cualquier escritor estaba tan lleno de peculiaridades e idiosincrasias que podía revelar su identidad casi con la misma precisión que las huellas dactilares.
La técnica de Foster se basa principalmente en un agudo análisis de las palabras preferidas de un escritor, la puntuación, la ortografía, la manera de expresarse, y los recursos poéticos.
Por ejemplo, en un primer libro que él escribió titulado “Elegy by W.S” él comparó la frecuencia en el empleo de ciertas palabras en el poema con la frecuencia con que aparecen las mismas palbras en ls obras de Shakespeare y de nueve contemporáneos suyos. W.S., por ejemplo, utiliza “to addict” (entregarse al vicio), tres veces, y el mismo verbo aparece cuatro veces en la muestra de Shakespeare, pero ni una en las obras de los demás escritores. La conclusión de Foster es que W.S tiene un tremendo parecido con el autor de “El Rey Lear" (osea William Shakespeare).
Un novela política llamada “Primary Colors” (1966) en Estados Unidos tenía un autor “Anónimo”. Se publicó una lista de sospechosos de haberla escrito. Los editores de la revista New York convencieron a Foster de que intentara resolver el misterio. El entonces usó la computadora para analizar muestras de textos delos sospechosos para buscar construcciones verbales y palabras habituales de cada uno.
Cuando estudió a uno de ellos, Joe Klein (columnista de Newsweek), observó que tanto Klein como el autor “Anónimo” gustaban usar palabras tan comunes como “precisely” (precisamente) y “vaguely” (vagamente). Asimismo, ambos usaban adjetivos creados al agregar una “y” a sustantivos para formar palabras como “cottony” (algodonoso) y también a verbos para formar palabras como “slouchy” (desgarbado).
Foster se entusiasmó con su descubrimiento y llamó a los editores del New York.
Al inicio Joe Klein apareció en televisión fingiendo tranquilidad, y negando haber escrito el libro. Pero después de cinco meses bajo presión aumentante, Klein reconoció ser el autor “Anónimo”.
En otro libro escrito por Foster, titulado Author Unknown: On the Trail of Anonymous, el explica otro caso. El FBI investigaba a un delincuente llamado Ted Kaczynski. Este tipo había escrito en varias ocasiones “no puedes comerte el pastel y también conservarlo”, que es una inversión del proverbio estadounidense “No puedes conservar el pastel y también comértelo.
Las preguntas importantes eran ¿con qué frecuencia se hacía esa inversión de ideas?, ¿era algo común? ¿qué escritores solían hacer esa inversión?.
Foster acudió a una base de datos con más de 290 mil obras de literatura inglesa. Tecleó en la computadora un comando para que aparecieran todos los casos en que “pastel” apareciera a menos de seis palabras de distancia de “comer”. En cuestión de segundos apareció una lista de más de 200 respuestas. Ahora, entre esos 200 casos, Foster buscó aquellos en que el proverbio aprecía invertido. Para su sorpresa, los casos encontrados correspondían a obras únicamente británicas. Esto encajaba con el descubrimiento de que Kaczynski prefería la ortografía británica de algunas palabras, como skilful y licence (en inglés norteamericano se escribe: skillful, y license). Obviamente Kaczynski había leído muchos libros escritos en inglés británico.
Foster dice: “Ni siquiera un tipo inteligente como Ted Kaczynski puede escapar del cajón de sus sitema lingüístico mental. Es suficiente darle a un delincuente anónimo suficiente cuerda verbal y espacio de columna para escribir, y terminará por ahorcarse él solo”.
En otra investigación, Foster se dio cuenta que el autor detrás de ciertas bombas colocadas en 1996 en el Parque Olímpico Centenario de Atlanta, tenía ciertas características en su escritura:
Comparó la escritura de este terrorista con la de un sopechoso llamado Eric Robert Rudolph y habían coincidencias: Ambos usaban las abreviaturas con mayúscula y separaban las letras por puntos, en vez de “etc.”, escribía E.T.C, para dar un ejemplo. También ponía un punto más después de abreviaturas que estuvieran al final de una oración. Había asombrosas correlacones en la ORTOGRAFÍA , GRAMÁTICA, Y LA SINTAXIS.
Cartas con ántrax:
FECHA: 09/11/01 La carta fue puesta en el correo el 18 de septiembre. La aparente relación con el 11 de septiembre, un detalle innecesario, resulta, por tanto, sospechosa. El delincuente quiere que se le asocie con Al Qaeda.
ESTRUCTURA DE LAS FRASES: El lenguaje corresponde de alguien que pretende hacerse pasar por extranjero o bien de alguien cuya lengua materna no es el inglés.
PENACILIN: Penicilin es un grafía incorrecta común de quien quiere escribir penicillin (penicilina). Pero escribir “penacilin” es un error poco común y pareciéra hecha a propósito. Si el que escribió la nota fuese un árabe, una ortografía fonológica usual comenzaría con BEN, no con PEN.
LETRA: Las extrañas letras R, y los infantiles números 1 parecen intentos por disfrazar la caligrafía.
Aparte de la "literatura forense", existe la grafología.La escritura es tan característica de la persona como su voz o su impresión digital. Cada persona acostumbrada a escribir tiene la suya. No es difícil reconocer la escritura de una persona conocida cuya escritura se ha visto antes. Esto no es negado por nadie, teniendo la firma de una persona valor legal. Sin embargo hay que tener cuidado con la presunción de que la escritura de uno predice el futuro, pues en ese punto ya entraría en un tipo de superstición sin base.
Más info en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Grafolog%C3%ADa
más temas:
http://engelex.blogspot.com/2014/09/los-4-temperamentos.html
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